Desde un teatro espectral en el más allá, con telones de terciopelo rojo, un conejo en un sombrero y una copa de whisky flotando en el aire por arte de magia, tenemos el privilegio de entrevistar a Harry Houdini , el escapista más legendario de la historia. Hoy nos brinda su análisis experto sobre el más grande acto de magia jamás visto en la política peruana: la increíble desaparición de Vladimir Cerrón. Un truco tan sorprendente, que deja en ridículo a cualquier fuga de Alcatraz, cualquier película de David Copperfield e incluso a las finanzas de la FIFA.
Capibara: Señor Houdini, muchas gracias por atendernos desde la eternidad. Dígame, ¿qué opina de la increíble desaparición de Vladimir Cerrón?.
Harry Houdini: ¡Ah, querido amigo, qué truco maravilloso!. ¡Una obra maestra del escapismo político!. Pensé que había visto todo: salir de una caja cerrada con candados en un río congelado, desaparecer de una celda de máxima seguridad, pero esto… esto es nivel dios.
Un político con orden de captura desapareciendo como si nunca hubiera existido, con la justicia buscándolo «activamente» y sin dejar rastro… ¡GENIAL!. ¡Y todo sin cadenas, sin cajas, sin trampillas!. ¡Ni siquiera hizo el esfuerzo de disfrazarse de anciana con un poncho y un bastón para cruzar la frontera!. Se esfumó como un sueldo estatal en consultorías fantasma.
Capibara: ¿Cree que se trata de un truco de magia o simplemente de un operativo de fuga muy bien organizado?.
Harry Houdini: ¡Pero por favor!. Esto no es un truco de magia, esto es arte delincuencial en su máxima expresión. Para empezar, el clásico truco de la distracción: mientras todos miraban los incendios políticos, las protestas, las broncas internas y Dina Boluarte haciendo turismo de estado en estado, Cerrón ya estaba con un pie fuera de la realidad. Luego, el tipo ni siquiera necesitó un baúl con doble fondo ni esposas falsas. ¡Nada!. ¡Los barrotes que debían detenerlo se abrieron como si hubieran hechos de gelatina!. Y ojo, todo mago necesita un buen asistente, y Vladimir tiene a la mejor de todas: la mismísima presidenta del Perú, Dina Boluarte. Si yo hubiera tenido un asistente así en mis shows, todavía estaría en Las Vegas sacándole dinero a los turistas. Esta señora ha logrado hacer desaparecer el rastro de Cerrón más rápido que un expediente de corrupción en el Congreso.
Capibara: Comparando con sus propios trucos, ¿cómo califica este acto de desaparición?.
Harry Houdini: Mirá, en mis mejores tiempos yo me escapé de baúles hundidos, de camisas de fuerza colgadas de grúas, de celdas reforzadas con más candados que una tienda de ferretería.
Pero nunca intenté desaparecerme del Poder Judicial sin dejar rastro, porque hasta para mí eso era imposible. Cerrón no solo se esfumó sin testigos, sin imágenes, sin videos, sino que encima logró convencer a las autoridades de que no tienen ni idea de dónde está.
A mí me costaba años perfeccionar mis trucos. Este tipo lo hizo en una semana y sin ensayo general. Un genio del escapismo político.
Capibara: En sus espectáculos, usted siempre reaparecía triunfante. ¿Cree que Vladimir Cerrón reaparecerá en algún momento?.
Harry Houdini: ¡Pero claro!. Todo buen mago sabe que un truco de desaparición no está completo sin una gran reaparición. Cerrón no se ha ido, solo está esperando el momento exacto para reaparecer como si nada. Va a salir de la nada, con una sonrisa de “¿qué pasó, muchachos?” y con un discurso de «fui víctima de una persecución política» , cuando todos sabemos que su mejor truco no es el escapismo, sino la impunidad. Seguro lo veremos dentro de poco dando cátedra de liderazgo o postulándose otra vez a la presidencia, porque en Perú ser prófugo es solo una pausa, no un impedimento. Y si su asistente estrella Dina Boluarte sigue en el poder, capaz le organiza hasta una bienvenida con alfombra roja.
Capibara: Algunos creen que recibió ayuda para su escape. ¿Qué opinas de eso?.
Harry Houdini: ¡Pero por favor!. ¡Esto no lo hace solo ni Copperfield!. A ver, yo tenía asistentes que me pasaban llaves escondidas, cortaban sogas y distraían al público con bailes y luces. Cerrón tiene a la mismísima Dina Boluarte haciendo su número de distracción 24/7.
¿Realmente alguien cree que se fugó sin ayuda?. ¡Vamos!. En un país donde te detuvieron por robarte un chocolate, pero no por robarte millones, esto no es magia, es tradición.
Y lo más hermoso de todo es que nadie lo vio, nadie sabe cómo, nadie sabe cuándo. O tiene un GPS con teletransportación o alguien dejó la puerta abierta intencionalmente.
Capibara: Si tuviera que darle un premio mágico a Cerrón, ¿cuál sería?.
Harry Houdini: Sin dudas, el premio a la «Gran Ilusión Política del Siglo». Es que no solo desapareció él, también desaparecieron las explicaciones oficiales sobre cómo lo hizo. Y lo mejor de todo: nadie sabe si está en Perú, si se fugó a otro país o si ahora es asesor de algún narco en Venezuela. Si yo hubiera tenido su capacidad de fuga, todavía estaría en Broadway.
Capibara: Para cerrar, ¿algún consejo para futuros políticos que quieran perfeccionar el arte de la desaparición?.
Harry Houdini: ¡Por supuesto! Aquí van mis tres reglas de oro para una fuga perfecta.
Distraigan al público: Generen caos, peleas, crisis, escándalos. Mientras más, mejor.
Tengan una buena asistente: Busquen a alguien que haga de “cortina de humo”. Si pueden conseguir una presidenta, mucho mejor.
Reaparezcan en el momento adecuado: Cuando la gente se haya olvidado o cuando las elecciones estén cerca, salgan como si nada.
Y si todo falla… bueno, llamen a Dina. Seguro les consigue otro truco.
Y así, entre risas sarcásticas y consejos de escapismo profesional, Harry Houdini nos dejó claro que la fuga de Vladimir Cerrón es el mayor truco de magia de la política peruana, con una asistente de lujo en Palacio de Gobierno.
Desde el más allá, reportó: Capibara que ya no sabe si cubrir política o escribir guiones para Netflix.
Entrevista: Houdini habla sobre la desaparición de Vladimir Cerrón
