En el Perú, todos somos profetas… pero después del desastre. Todos somos sabios… pero cuando ya pasó lo peor. Y todos tenemos una frase en la punta de la lengua, lista para lanzarla con la superioridad moral de quien nunca se equivoca (aunque siempre lo haga). Esa frase es: “Te lo advertí” .
Es corta, filosa y letal. No soluciona nada. No ayuda en nada. No cambia nada. Pero ¡ah, cómo les encanta decirla! Sobre todo, cuando te estrellate contra el muro de la vida a 120 kilómetros por hora con la cara de quien creyó que “todo iba a salir bien”.
En el Perú, “Te lo advertí” es una especialidad
Aquí, “Te lo advertí” es más frecuente que los comunicados del Congreso. Lo dicen las madres, los amigos, los jefes, los comentaristas deportivos y hasta los presidentes cuando ven que la crisis que negaron les explota en la cara.
¿Ejemplos? Miles.
- Le prestaste plata a tu primo fiestero que prometió pagarte en dos días: “Te lo advertí”
- Votaste por un político acusado de todo menos de buena gestión: “Te lo advertí” .
- Compraste barato en Gamarra un polo “original” que se despintó al primer lavado: “Te lo advertí” .
- Te fuiste a vivir solo sin saber freír un huevo: “Te lo advertí” .
Y el clásico peruano: creíste que esta vez el campeonato de la Liga1 iba a ser ordenado, transparente y sin escándalos… hermano, “Te lo advertí” .
Pero nadie se atreve a decir «tiempo».
El detalle más gracioso (y trágico) es que el “Te lo advertí” peruano aparece siempre después del problema. Nadie lo dice cuando realmente serviría.
Aquí nadie te dice “Te lo advertí” cuando vas a sacar un crédito con tasas de usura. Nadie te lo dice cuando compras pasajes de avión a aerolíneas fantasmas. Nadie te lo dice cuando firmas contratos en blanco con empresas que cierran a los tres meses.
No. El “Te lo advertí” peruano es ornamental. Es decorativo. Es pura exhibición de sabiduría post-mortem. Porque prevenir, alertar y acompañar… eso no da gustos. Lo que da placer es mirar el incendio, esperar a que solo queden cenizas, y luego soltar con sadismo esa frasecita: “Te lo advertí” .
Conclusión: El Perú es tierra de “Te lo advertí”
Así es este país. Un lugar donde nadie se hace responsable de nada, pero todos te dicen “Te lo advertí” cuando el desastre ya no tiene arreglo. Lo peor es que cuando tú eres el que lo dice, sientes un gustito especial. Es el orgasmo del ego. Es el premio consuelo de quien no pudo evitar la tragedia, pero al menos quedó como el sabio que lo vio venir (desde su sofá).
Así que, estimado lector de La Caja Negra , la próxima vez que te digan “Te lo advertí” , sonríe. Ya sabes que no es sabiduría. Es puro deporte nacional. Aquí nadie te salva de caer… pero siempre habrá un peruano listo para darte la estocada final… con elegancia y soberbia.
Porque en este país de profetas tardíos, hay cosas que nunca fallan: la corrupción, la informalidad, los escándalos… y el bendito “Te lo advertí” .