Fútbol sin infraestructura: ¿Cómo se construye un sueño sin césped?

Foto: La República
El fútbol peruano lleva demasiado tiempo jugando en terreno prestado, maltratado y olvidado. La falta de infraestructura no es solo una carencia técnica, es un crimen contra el desarrollo del deporte , una herida estructural que frena el talento, frustra el esfuerzo y condena al país a la irrelevancia competitiva.

Pero si el fútbol masculino sobrevive entre ruinas, el fútbol femenino ni siquiera ha tenido dónde nacer con dignidad . Discriminado, silenciado y minimizado, el fútbol de mujeres en el Perú es el reflejo más crudo del abandono estatal y dirigencial. No hay canchas, no hay apoyo, no hay visibilidad, y mucho menos hay planificación.

Solo dos clubes con estadio propio
En un país donde el fútbol es pasión nacional, solo Universitario y Alianza Lima tienen estadios propios y de alguna manera dignifican a sus deportistas. El resto depende de alquilar recintos del Instituto Peruano del Deporte (IPD) —propiedades públicas— que son administrados por gobiernos regionales y municipalidades que dan la espalda al deporte y priorizan la renta de los estadios para conciertos.

El Estadio Nacional se ha convertido en sala de fiestas musicales y no en catedral del fútbol. Mientras Daddy Yankee o Karol G llenan sus fechas, las selecciones nacionales —masculina y femenina— tienen que suplicar disponibilidad. Y ni hablar del mantenimiento: gramados destruidos, camerinos inservibles, instalaciones colapsadas, costos impagables para clubes que entrenan en parques o terrenos baldíos.

El fútbol femenino: más que olvido, desprecio
Mientras algunos equipos masculinos tienen al menos dónde entrenar, los equipos femeninos comparten canchas deterioradas o ni siquiera tienen acceso regular a campos deportivos. Entrenan y juegan en horarios marginales, con condiciones deplorables, sin camerinos, sin duchas, sin seguridad. El fútbol femenino no solo ha sido ignorado, ha sido históricamente despreciado.

Y cuando se exige equidad, desde las autoridades solo hay excusas: “no hay presupuesto”, “no hay público”, “no hay interés”. Pero, ¿cómo va a haberlo si el Estado la Federación y algunos clubes no han sembrado nada?. Sin planificación, sin inversión y sin visión, no puede haber resultados.

La Federación Peruana de Fútbol: sin hoja de ruta
La FPF está más preocupada por sobrevivir a sus escándalos judiciales que por diseñar el futuro del fútbol nacional. Sumida en investigaciones por organización criminal y lavado de activos , ha dejado de ser un órgano rector para convertirse en una estructura en Desglose. No hay plan integral, ni políticas de infraestructura, ni estrategia para el desarrollo.

No existe un mapa que oriente la modernización del fútbol peruano. Los clubes sobreviven por inercia. Las divisiones menores se diluyen por falta de apoyo. Y el fútbol femenino sigue esperando que alguien lo tome en serio.

Sin formación, no hay futuro
A esta crisis se suma una verdad brutal: si no formamos niños y niñas en campos de juego adecuados, con condiciones dignas, tecnología y entrenamiento estructurado, estamos condenados a ser los últimos en Sudamérica. No solo en selecciones mayores, sino también en categorías menores, juveniles y en el fútbol femenino.

El talento no basta si no tiene dónde entrenar, si no tiene con quién desarrollarse, si no tiene un césped decente bajo los pies. La brecha con otros países crece cada año y el Perú la observa desde atrás, atrapado en su parálisis institucional.

Sembrar césped para cosechar futuro
El fútbol no puede desarrollarse si no tiene dónde jugarse. Sin canchas, no hay clubes. Sin infraestructura, no hay base de fútbol. Sin respeto, no hay fútbol femenino. Sin visión, no hay futuro.

La situación es insostenible y no da para más. Si la Federación no actúa, los clubes deben liderar el cambio . Es momento de que las instituciones que sí viven el día a día del fútbol tomen la iniciativa y convoquen a una mesa nacional de trabajo , con participación de:

Todos los clubes profesionales.
Gobierno central.
Instituto Peruano del Deporte.
Empresas privadas.
Escuelas, universidades y ciudadanía organizada.

Se necesita un Plan Nacional de Infraestructura Deportiva . No solo estadios: también centros de alto rendimiento, canchas de barrio dignas, espacios seguros para mujeres, divisiones de menores con condiciones mínimas. Y que el fútbol femenino sea eje prioritario, no apéndice de última hora.

El Perú tiene talento, tiene pasión, tiene hambre de gloria. Lo que no tiene es césped donde hacerla florecer. Es hora de actuar. Es hora de sembrar canchas, sembrar dignidad, sembrar futuro.
Porque si no sembramos césped hoy, mañana no habrá fútbol competitivo.

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