Por Capibara, periodista silvestre, libre y sin dueño
Desde un cielo donde la justicia social tiene prioridad y los discursos populistas no se alquilan por temporadas, Eva Perón —Evita para los pueblos— nos recibe con la elegancia y firmeza de quien conoció la verdadera política como acto de entrega, no de negocio familiar. Vestida de blanco, rodeada de mujeres con hambre de dignidad y trabajadores que ya no esperan promesas, accedió a concedernos esta entrevista celestial… pero con los pies firmemente anclados en la tierra de la crítica.
El motivo: una figura que no gobierna, pero sí factura. Una mujer que no gana, pero siempre está en la papeleta. Una eterna candidata que hace de la derrota un emprendimiento rentable. Sí, hablamos de Keiko Fujimori. Y Evita, sin filtro ni paciencia, tiene mucho que decir.
El Capibara:
Evita querida, gracias por este encuentro. ¿Ha oído hablar de Keiko Fujimori?.
Eva Perón:
¿“Oído hablar”?. ¡Pero si ya parece una parroquiana fija en la historia electoral del Perú! Esa señora se presenta tanto que pensé que era una tradición nacional, como la marinera o el ceviche. Lo preocupante no es que pierda… es que parece que vive de perder.
El Capibara:
Y en efecto, ha perdido varias veces. ¿Qué opina de eso?.
Eva Perón:
Mirá, en política uno puede perder, pero debe saber cuándo retirarse con dignidad. La señora Keiko lleva más derrotas que la selección peruana de fútbol… y sigue. ¿Por vocación?. No. Por ocupación. Parece que ser candidata no es su medio para gobernar, sino su modelo de negocio. Una especie de empresa electoral de fachada, donde cada elección es una campaña de recaudación.
El Capibara:
¿Cree que hay un interés económico detrás?.
Eva Perón:
Capibara… no seamos ingenuos. ¿Quién sostiene candidaturas que duran décadas sin ganar ni una vez?. Tiene sueldos partidarios, cuotas de candidatos, recaudación de fondos que siempre terminan en controversias y agendas con empresarios que nunca están claros. Hay quienes hacen política para servir… y hay quienes hacen política para sobrevivir. Ella pertenece al segundo grupo. Solo que en vez de luchar por los pobres, lucha por mantenerse vigente… y con caja.
El Capibara:
¿Entonces ser candidata eterna… es un modelo de vida?.
Eva Perón:
Por supuesto. Es como el emprendimiento de la esperanza estancada. No hay proyecto de país, no hay renovación de ideas, no hay autocrítica. Solo repetición, victimización, marketing barato y un aparato partidario que gira como una licuadora sin tapa.
¿Y lo peor?. Que mientras todo eso pasa, hay jóvenes, mujeres, líderes honestos que sí podrían transformar el Perú… y no tienen ni cinco minutos en pantalla.
EL Capibara:
El 12 de abril de 2026 se perfila como otra derrota. ¿Su pronóstico?.
Eva Perón:
Otra derrota. Pero tranquilo. Ella ya sabe perder. Tiene su discurso listo, sus culpables identificados y su contabilidad electoral en orden. En realidad, para ella no es una elección… es una campaña de publicidad. Una excusa para figurar, facturar y sobrevivir sin trabajar en otra cosa. Y el pueblo… el pueblo ya lo huele. Porque la gente puede tener muchas carencias, pero le sobra intuición.
El Capibara:
¿Y qué mensaje le daría usted a Keiko Fujimori?.
Eva Perón:
Querido, no se puede representar a un pueblo al que nunca se ha abrazado de verdad.
No se lidera desde el cálculo, sino desde el compromiso. Y sobre todo: no se vive de la política… se muere por ella, si es necesario. Si lo que te mueve es un cargo, un cheque y una revancha… el pueblo tarde o temprano te pondrá en tu sitio. Y ese sitio, ya lo sabes, no es Palacio.
Eva Perón no vino a perdonar ni a adular. Vino a decir lo que muchos piensan y pocos se atreven a decir: que el Perú no necesita candidaturas perpetuas ni proyectos personales travestidos de opciones populares. Que el país no puede seguir girando en torno a las mismas caras de siempre, que se reciclan más que un spot de campaña. Y que ser candidata no es un derecho hereditario… ni un contrato vitalicio.
Desde el balcón de la historia, esta fue una conversación con la Evita auténtica, la de la entrega, la que nunca usó la política para enriquecerse ni para vengarse.
Soy Capibara, periodista silvestre, libre y sin dueño. Me despido con la esperanza de que en el Perú algún día votar deje de ser elegir entre el olvido y la repetición. Y que la próxima campaña no se trate de si “Keiko pierde otra vez”… sino de si, por fin, el Perú empieza a ganar.
Hasta la próxima entrega… donde no tenemos miedo a decir lo que otros apenas murmuran.