Por Capibara, periodista silvestre, libre y sin dueño
Desde el Liceo eterno, donde alguna vez florecieron la lógica, la ética y la política como arte de servir al pueblo, Aristóteles observa el Perú del 2026 con horror filosófico. Ya no se trata de una crisis democrática: es un colapso moral institucionalizado. Un país con más de 41 candidatos presidenciales, 13,000 postulantes a cargos públicos, una presidenta con 2% de aprobación, un Congreso con peor imagen que un apagón, y una ciudadanía obligada a elegir entre el desastre conocido y la improvisación viral.
Capibara, como siempre libre, silvestre y sin anestesia, se sentó con el gran filósofo para hablar del futuro que se nos viene: elecciones como reality show, congresistas como influencers y un gobierno que parece más sketch de humor involuntario que institución seria. Esta entrevista no necesita prefacio. Solo respiración profunda.
Capibara: Maestro Aristóteles, usted que pensó la política como el camino hacia el bien común, ¿cómo interpreta el panorama electoral peruano?.
Aristóteles:Como una parodia sin gracia. Llaman “proceso democrático” a lo que en realidad es un sorteo nacional de egos. Más de 41 candidatos presidenciales, pero ni una idea original. Un ejército de postulantes que saben más de hashtags que de Estado. Si esto es democracia, Capibara, entonces yo era influencer de TikTok y no lo sabía.
Capibara: ¿Y el regreso del Senado?. ¿Una luz al final del túnel?.
Aristóteles: ¿Luz?. Solo si hablamos del flash de las cámaras. Si repiten los mismos rostros, los mismos pactos, los mismos escándalos… es como ponerle segunda planta a una casa que ya está en ruinas. Más curules sin más ideas es como más cubiertos en una mesa sin comida. Solo sirve para aparentar.
Capibara: Hablemos de Dina Boluarte. Tiene 2% de aprobación, la prensa francesa la llamó la presidenta más impopular del planeta, y una encuesta la ubicó como la peor evaluada de Sudamérica. Y aún así, ella se ríe.
Aristóteles: ¡Una genia del absurdo político!. En mi tiempo, un gobernante sin legitimidad se retiraba por dignidad. En Perú, se queda por conveniencia. La señora Boluarte no solo niega las encuestas: se burla de ellas como si fueran chismes de barrio. Y lo hace protegida por un Congreso que no la respeta, pero la necesita. Es una relación tóxica donde todos se tapan, pero nadie gobierna. El pueblo grita, la criminalidad avanza, y ella sigue posando con su mejor sonrisa institucional.
Capibara:Y el Congreso… ¿cómo lo ve usted?.
Aristóteles:Como un experimento fallido de zoológico legislativo. Tienen más denuncias que propuestas, más asesores que neuronas activas.Se hacen llamar padres de la patria, pero actúan como gerentes de sus propios intereses. Son expertos en blindajes, maestros del show y campeones mundiales del descaro. Representan a tan pocos que ni sus propios electores se acuerdan por qué votaron por ellos. Quizá por una bolsa de arroz o una selfie.
Capibara: El país está secuestrado por bandas criminales. Se extorsiona a colegios, casas, restaurantes. La gente vive con miedo, y el gobierno… bien, gracias.
Aristóteles:El Estado peruano ha tercerizado el control territorial a las mafias. Lo que no logró el terrorismo ni la hiperinflación, lo ha conseguido la extorsión cotidiana.
Y la respuesta oficial es tibia, improvisada y autocomplaciente. No hay política de seguridad, no hay estrategia, no hay visión. Solo declaraciones de ministros que parecen más entrenados para halagar que para actuar. El crimen ya tiene su propio sistema tributario: cobra sin boleta y opera con total impunidad. Mientras tanto, el ciudadano está solo. El gobierno ha claudicado.
Capibara: Maestro, la pregunta clave: ¿Qué deberían hacer los peruanos este 12 de abril de 2026, fecha en que también se elegirá a senadores?.
Aristóteles: Lo que deberían haber hecho hace años: NO votar por ninguno de los 130 congresistas actuales, ni por ninguna cara del actual gobierno.
Ya los vieron en acción. Ya saben de qué son capaces… y de qué no son capaces también.
¿Van a seguir premiando al mismo elenco del desastre?. ¿A los que blindan, a los que se esconden, a los que legislan para su bolsillo?. La historia les está dando una oportunidad: cortar de raíz esta farsa. Cambiar la página. Tirar el libreto al fuego y escribir uno nuevo.
Y si no lo hacen… no se quejen cuando en 2027 estén gritando “¡Fuera todos!” mientras repiten su propio error.
Capibara:¿Todavía hay esperanza?
Aristóteles: La esperanza existe, pero no sobrevive a punta de memes y marchas intermitentes. Se construye con memoria, criterio y dignidad. Dejen de votar por el “menos malo”. Voten por el que no ha sido parte de la vergüenza.
Y si no encuentran uno, organícense. Porque este sistema no se va a regenerar solo… y mucho menos con los mismos de siempre.
Aristóteles no bajó del Olimpo para dar clases. Bajó para gritar que esto no es democracia, es un negocio con disfraz institucional. Un Congreso sin moral, una presidencia sin respaldo, y un pueblo obligado a elegir entre los que ya fallaron o los que ya ensayaron cómo fallar. Pero también recordó que ningún sistema sobrevive sin el consentimiento del pueblo. Y en el Perú, ese consentimiento ya está harto. Solo falta traducirlo en voto… o en rechazo.
Desde el Liceo eterno, donde las palabras aún tienen peso y el poder no se negocia, les habló Capibara: periodista silvestre, libre y sin dueño. Me despido con la única certeza posible: Si el 12 de abril elegimos a los mismos de siempre… no es culpa de ellos. Es culpa nuestra.
Nos vemos en la próxima entrega de La Caja Negra.