Por Edwin Gamboa, fundador Caja Negra
En un país donde el aire es gratis pero cuesta, Interbank acaba de recordarnos una lección que ya deberíamos tener tatuada en la billetera: el banco nunca pierde. Solo gana, gana… y vuelve a ganar. Desde junio de 2025, si tu saldo promedio mensual no supera los S/200, el banco te castigará con comisiones por transferencias, retiros, depósitos y, pronto, quizás también por mirar la app más de tres veces al día. Porque en el mundo bancario moderno, tener poco ya no solo es un problema… es un costo.
La medida es sencilla, elegante y despiadada: si no tienes S/200 como colchón mínimo en tus cuentas —es decir, si sobrevives al filo de tu quincena— prepárate para pagar entre S/3 y S/10 por transferir, depositar, retirar o básicamente mover un dedo. Ahora, para que no digas que no te avisaron, Interbank ya venía calculando tu saldo desde mayo. Como siempre, bien atentos cuando se trata de cobrar, no tanto cuando se trata de escuchar.
Dicen que no afecta a los que usan Plin. Claro, porque cuando uno tiene menos de 200 soles, lo primero que quiere es transferir dos mil. Además, aseguran que la medida busca “fomentar la bancarización” y “ordenar el uso de servicios digitales”. Traducción: si eres pobre, ordena tu pobreza, y no molestes al sistema con transacciones innecesarias.
La ironía alcanza niveles de arte cuando uno recuerda que este mismo banco fue multado por Indecopi por discriminar por edad en préstamos. Es decir, no prestan a los mayores, te cobran si eres pobre, y ahora te sancionan por no tener lo suficiente para mantenerte por encima de su línea imaginaria de dignidad financiera.
Pero hay “formas” de evitar las comisiones: recibir tu sueldo en Interbank (bendito tú, si tienes trabajo formal), o mantener ese mínimo de S/200 como si fuera un amuleto contra la avaricia institucional. Un ahorro forzado, obligatorio, disfrazado de beneficio. Y si no lo lograste, prepárate para la tarifa por vivir en la banca del pueblo. Un modelo de inclusión… siempre y cuando traigas dinero.
Y por supuesto, la lista de cuentas que se toman en cuenta es larga y técnica: Cuenta Simple, Cuenta Millonaria, Cuenta CTS, Alcancía Virtual, Ahorro Max… un verdadero buffet financiero que en la práctica no te da más pan, pero sí más reglas. Como si el banco esperara que los usuarios memoricen una hoja de Excel para no ser penalizados.
Interbank no está innovando. Está refinando su negocio. Porque en un sistema donde tener poco es pecado, cobrar por la escasez se convierte en virtud empresarial. Y en lugar de premiar la constancia del cliente promedio, lo exprimen como si su saldo fuera jugo rentable. Bienvenidos al nuevo capitalismo financiero a la peruana: si no te alcanza, paga.
Reflexión final
El problema no es solo Interbank. Es un sistema bancario que, con cada comisión, sentencia a los de abajo por no poder ser de arriba. Es una lógica que convierte la precariedad en motivo de recargo, y la fidelidad en penalidad si no vienes con dinero. Mientras los bancos anuncian “soluciones digitales”, el ciudadano común paga por su propia exclusión. Porque en esta economía, si no tienes, no moleste. Y si tienes poco, mejor ni intentes moverlo. A menos, claro, que estés dispuesto a pagar por hacerlo.