Por Edwin Gamboa, fundador Caja Negra
Ahora volar dentro del Perú también será un privilegio tributado. A partir de la inauguración del nuevo aeropuerto Jorge Chávez, los pasajeros peruanos deberán pagar entre 7 y 12 dólares adicionales solo por transitar o embarcar. No hablamos de una mejora en el servicio, ni de un upgrade de categoría. Hablamos de un peaje encubierto aprobado entre gallos y medianoche, amparado en una adenda que pocos leyeron y que muchos más ignoraron… hasta que apareció el cobro en la boleta.
Este nuevo golpe al bolsillo del ciudadano promedio se ha materializado con una tarifa bautizada como TUUA de tránsito o transferencia, y ha sido aprobada en marzo de 2025 sin quorum reglamentario en Ositran, el organismo regulador que, lejos de defender al usuario, avaló este atropello con firma de emergencia y publicación oficial. Una vez más, los grandes ganan, el Estado se reparte su tajada, y el pueblo paga la cuenta.
Detrás de esta maniobra hay una historia de contratos mal negociados, adendas oscuras y complicidad técnica. La famosa adenda número 6 firmada el 8 de marzo de 2013 por el entonces viceministro Alejandro Chang es el punto de origen. Ahí, en la página 13, se aprobó que los pasajeros en tránsito también debían pagar por “uso de instalaciones”, aunque no salgan del aeropuerto, aunque estén solo en conexión, aunque ni siquiera se sirvan un vaso de agua.
Y como si eso no fuera lo suficientemente escandaloso, la tarifa fue aprobada este año por el Consejo Directivo de Ositran sin el mínimo de integrantes exigido. Solo dos directivos, firmando “por emergencia”. ¿Emergencia para quién?. ¿Para el país?. ¿Para la concesionaria?. ¿Para los que no quieren que se revisen los contratos heredados del pasado?.
No existe aeropuerto en el mundo que cobre este tipo de tarifa a pasajeros en tránsito nacional. El sistema de TUUA en el Perú ya era cuestionado por su falta de transparencia, pero ahora cruza una línea. Si usted vuela de Tacna a Iquitos, por ejemplo, terminará pagando más de 50 soles adicionales solo en concepto de impuestos aeroportuarios, sin contar la tarifa base, el IGV, las tasas de combustible ni los sobrecostos propios de una aerolínea. Para una familia de cuatro integrantes, solo en “peajes de aeropuerto” ida y vuelta se van 384 soles.
El congresista Wilson Soto ha presentado el Proyecto de Ley 10911 para exonerar a los peruanos de este cobro abusivo. La Comisión de Transportes del Congreso convocó a LAP y Ositran a una mesa de trabajo. ¿Qué pasó?. Ambas instituciones se excusaron. No fueron. No respondieron. No les importa.
Porque lo cierto es que este TUUA transitorio no es más que un disfraz legal para un tributo inconstitucional. Un nuevo mecanismo de recaudación compartida donde, como se ha revelado, el 54% del cobro va a la empresa privada y el 46% al Estado. Es decir: el pasajero paga, el privado gana, el Estado también. Y nadie responde.
Mientras tanto, el aeropuerto no ha sido inaugurado oficialmente. Pero ya está facturando.
No se trata de rechazar la inversión privada ni de negar que las infraestructuras se deben pagar. El problema es que el Estado se ha convertido en garante de los contratos más lesivos para su propia población. Que Ositran actúe como mesa de partes de la concesionaria. Que las tarifas se aprueben en secreto. Que las adendas no pasen por revisión técnica independiente. Y que los usuarios se enteren cuando ya es demasiado tarde.
La excusa del “compromiso contractual” ya no funciona. Lo que se firmó en 2013 no puede justificar una carga económica injusta en 2025. La tarifa TUUA transitoria no es solo impopular. Es injustificable. Y es urgente revertirla.
Reflexión final:
Si el nuevo Jorge Chávez empieza cobrando por transitar, ¿qué vendrá después? ¿Cobros por ir al baño? ¿Tarifas por usar el Wi-Fi? ¿Peajes por mirar por la ventana?
Este no es un aeropuerto. Es una caja registradora estatal disfrazada de terminal internacional. Y si nadie lo detiene, viajar por el Perú se convertirá en un lujo reservado solo para quienes puedan pagar por respirar en el aire concesionado.