Elecciones 12 abril 2026: ¡Elijan bien o prepárense para otra pesadilla!

Por Edwin Gamboa, fundador Caja Negra
En el Perú, las elecciones no son un proceso democrático: son un espectáculo de variedades. Un reality show de quinta donde los políticos hacen promesas que ni ellos se creen, los votantes aplauden sin leer el guion, y los corruptos se preparan para la gran fiesta del saqueo. La diferencia es que esta vez, el telón se abre con más de 41 aspirantes presidenciales, más de 13,000 candidatos a cargos públicos y, como gran novedad, se elegirá nuevamente Senado y Congreso. Bienvenidos a la tómbola de la “representación popular”.

El próximo 12 de abril de 2026 será la fecha sagrada en la que millones de peruanos irán a votar, no por convicción, sino por obligación. ¿Y qué se elige? Nada menos que a 130 congresistas, nuevos senadores y un presidente o presidenta que, con suerte, no termine con 2% de aprobación, protagonizando titulares internacionales por su impopularidad mundial.

¡Pasen, vean y rían! La carpa está lista. Prepárense para el desfile de payasos con corbata, magos que desaparecen fondos públicos y contorsionistas ideológicos que hoy insultan y mañana se abrazan… porque aquí no hay enemigos eternos, solo aliados temporales con precio en dólares.

Se vienen las puyas, las denuncias recicladas, las traiciones en HD y los pactos más vergonzosos jamás vistos. El menú electoral está servido: rencillas baratas, debates con nivel de mercado de barrio y un pueblo que mira el show entre indignado y resignado, mientras se pregunta: ¿en qué momento nos volvimos tan cínicos?

Spoiler: Siempre lo fuimos. Historia de un Engaño Perfecto. Desde la colonia, votar en el Perú ha sido un acto decorativo. Un adorno democrático en un país gobernado por los mismos apellidos con distinto disfraz. Los poderosos siempre supieron que no hacía falta reprimir al pueblo con tanques; bastaba con darle una papeleta de voto y hacerle creer que su opinión contaba.

Siglo XXI y el truco barato sigue vigente: el ciudadano vota, el político miente y el corrupto cobra. La democracia peruana es como un cajero automático: solo funciona para los que tienen la clave (léase: dinero, contactos o impunidad).

Presidentes: Los Campeones Mundiales del Cinismo

Gobernar el Perú no es dirigir un país; es administrar un botín. Basta ver nuestra gloriosa lista de expresidentes: prófugos, encarcelados, vacados, blindados y premiados por sus habilidades delictivas. Aquí ser presidente es sinónimo de pertenecer a La Liga de la Impunidad: un club exclusivo donde el único requisito es tener prontuario.

Mientras tanto, el pueblo sigue aplaudiendo al último iluminado de turno que promete acabar con la corrupción… usando los mismos métodos corruptos de siempre. Es un ciclo tan predecible que ya debería enseñarse en los colegios: Educación Cívica: Manual Práctico para Que te Estafen en Elecciones.

Congreso: El Zoológico de las Maravillas
Si la Presidencia es el circo, el Congreso es el zoológico donde los especímenes más exóticos de la política hacen de las suyas. Aquí nos encontramos desde congresistas que no saben leer una ley hasta otros que piensan que el hemiciclo es un set de TikTok.

¿Legislar?. No. ¿Fiscalizar?. Menos. El verdadero negocio está en blindarse, asegurarse sus beneficios y salir bien en las portadas de los diarios que nadie compra, pero todos leen online.

¿Descentralización?. Otro cuento chino. Lima sigue decidiendo todo, las regiones mendigan y los congresistas hacen campaña regalando arroz y polos como si fueran influencers de feria.

Elecciones 2026: El Festival del Descaro y la Improvisación
Más de 41 aspirantes presidenciales, más de 13,000 candidatos, y por primera vez en décadas, se elegirán también senadores. Aquí postula cualquiera. Literal. Desde el que aprendió a leer recién para dar su discurso, hasta el influencer que cree que gobernar es viralizar un hashtag.

¿Ideas?. Ninguna. ¿Propuestas?. Copiadas de Google. ¿Expectativas?. Robar hasta donde alcance el mandato… o la próxima vacancia. El sistema electoral peruano es tan generoso que deberíamos sincerarnos de una vez: hagamos un sorteo nacional y que la tómbola elija presidente. Total, peor no nos puede ir.

El Pueblo Peruano: ¿Votantes o Clientes?.
¿Habrá esperanza?. Difícil. El votante peruano tiene memoria selectiva y corazón generoso. Olvida rápido y perdona aún más rápido. En un país donde el candidato que reparte más polos gana la elección, ¿de qué criterio hablamos?.

Exigir planes de gobierno es visto como un acto subversivo. Lo que importa es quién promete más regalos, quién insulta mejor en televisión y quién promete un bono que nunca llegará.

El Perú del 2026 merece un futuro mejor. Pero seamos honestos: lo más probable es que vivamos otro episodio de esta tragicomedia nacional. Así que acomódense, abran las palomitas, carguen su celular (por si hay TikToks virales de las peleas en vivo) y disfruten del espectáculo. Porque aquí, la política no es servicio público… es un negocio redondo.

Pero esta vez, la ciudadanía tiene una oportunidad histórica: no votar por ninguno de los actuales 130 congresistas ni por los rostros del actual desastre. Que el próximo presidente no sea otro escándalo mundial con 2% de aprobación. Es hora de cerrar el telón a este elenco infame y comenzar una nueva función… aunque sea desde cero.

¿Aprenderemos la lección esta vez?.

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