Por dignidad, por justicia y por respeto a las víctimas: Medifarma merece una sanción histórica y ejemplar. No estamos frente a un simple «error de producción» ni a una «falla técnica». Estamos ante un acto criminal de irresponsabilidad empresarial que le ha costado la vida a cinco personas y ha puesto en riesgo la salud de cientos de peruanos.
¿En qué clase de país vivimos donde un laboratorio, proveedor del 70% del suero fisiológico del país, se permite adulterar un producto médico esencial y sigue operando como si nada?. ¿Cuántos muertos más necesitamos para entender que esto no es un accidente, sino el resultado de una cadena de negligencia, encubrimiento y desprecio por la vida humana?.
Esto no es solo un caso para el Indecopi. Esto es un escándalo de salud pública que debe llegar a los máximos niveles de sanción penal, administrativa y civil.
Responsabilidades Claras y Directas
Los dueños, directivos, gerentes y encargados de calidad de Medifarma deben ser identificados con nombres y apellidos y procesados penalmente. No basta con multar a la empresa con 2,4 millones de soles —una cifra irrisoria comparada con las vidas perdidas y las ganancias obtenidas— sino que deben ir a prisión todos los responsables de esta tragedia.
El Ministerio Público tiene que actuar con la misma severidad con la que persigue grandes delitos. Este caso no debe archivarse ni desvanecerse en los pasillos de la impunidad. No podemos seguir siendo un país donde las grandes empresas juegan con la vida de los ciudadanos sin asumir consecuencias reales.
La cadena del horror
La adulteración de un producto médico básico como el suero fisiológico no ocurre de la noche a la mañana ni por obra de un solo operario detenido. Hay responsables detrás de cada omisión:
¿Quién supervisaba la planta?
¿Quién autorizaba los lotes de producción?
¿Quién controlaba la calidad?
¿Quién decidió llamar cuando aparecieron los primeros síntomas?
¿Quién se beneficia económicamente de esta producción criminal?
La otra cara del abuso: el desabastecimiento y la especulación
Como si no fuera suficiente el daño causado, el retiro del suero fisiológico de Medifarma ha desatado una crisis de abastecimiento y especulación de precios en todo el país. Ahora un producto básico cuesta el doble o triple. La salud del pueblo se convierte nuevamente en un negocio de pocos y un drama de muchos.
Esto es consecuencia directa de un mercado concentrado, de reguladores permisivos y de gobiernos incapaces de fomentar la competencia y el control real sobre los monopolios disfrazados de empresas nacionales.
Que esto no queda en el olvido
Medifarma debe convertirse en un caso paradigmático en la historia de la defensa del consumidor en el Perú. No por lo que han hecho —porque eso es imperdonable— sino por la respuesta firme, dura y ejemplar que el Estado debe dar.
No queremos más comunicados tibios, ni multas simbólicas, ni declaraciones políticamente correctas. Queremos cárcel, reparación integral a las víctimas, indemnizaciones reales y la expulsión de esta empresa del sistema sanitario nacional si es necesario. Porque la vida humana no puede seguir siendo una variable de ajuste en la hoja de Excel de ninguna empresa.
¡Justicia ejemplar ya!.
¡Que nunca más una empresa farmacéutica en el Perú se atreva a jugar con la salud y la vida de su pueblo!.